Crítico del Pueblo

Ya pasaron 10 años desde que se instaló la revolución, la quinta república, la esperanza de muchos, para que se comenzarán a dar los ansiados cambios que tanto se habían esperando, en materia económica, política y social, no obstante, la revolución llegó y lejos de llegar con ella el desarrollo, pareciera como que todo se estancó e incluso en algunos índices macroeconómicos y sociales pareciera que vamos… en un retroceso tan claro,,, que todos: disidentes, opositores y hasta algunos rojos rojitos, no vamos a decir todos, comienzan ha… aceptar que las cosas no parecen ir tan bien…

Pero en este espacio hoy… no voy hablar de economía, ni de política, sino de un problema social que nos esta afectando a todos por igual e incluso, me atrevo a decir que es un mal en común en toda Latinoamérica, en algunos países y ciudades más que otras, pero que nos afecta a todos. Este problema social no es otro que la delincuencia desbordada, la violencia en las calles de nuestras ciudades y pueblos.

Todos recordamos aquellos días de tranquilidad y armonía en nuestra cuadra, en nuestra plaza, en nuestro Barrio, todos nos conocíamos y nos respetábamos… Claro no estoy diciendo que antes no había delincuencia, por supuesto que había, pero como ahora no… ¡No como ahora!

Ya son miles y miles las personas que han sido atracadas a mano armada, miles los que han muerto en manos del hampa… en estos últimos años.

Y ahora con la atenuante de que no se confía en los cuerpos de seguridad y no se tiene confianza en los organismos encargados de la administración de justicia.

Da hasta miedo ejercer el derecho de la legítima defensa, no sabemos si defendernos y denunciar a los criminales o quedarnos callados y dejar que nos roben y nos quiten a nuestros seres queridos, ante la impunidad en que operan.

Las expectativas eran grandes con el Código Procesal Penal, luego los rojos llegaron y dijeron que el mismo debía ser reformado para que la justicia pudiera encontrar el camino para detener el crimen, pero… ni la Ley, ni la reforma, han podido detener este horrible mal.

Todos los días somos testigos silentes de lo que ocurre, mataron a fulanito, violaron a la chica de la esquina, asaltaron a zutanito… Y después escuchamos fulanito mato a zutanito y por ahí anda bien tranquilo, más tarde se dice “la policía lo mato, porque las leyes no se cumplen…” vemos por los medios tradicionales que supuestamente hay bandas organizadas en la capital que hace asaltos y secuestros express, y… todos dicen que son policías retirados y hasta otros activos ó señalan “esa es la misma guardia que esta robando y traficando… y las drogas” tanto que se escucha que ya no sabemos ni que creer, ni en quien creer.

Oigan,,, y saquen ustedes mismos las conclusiones, no fue sino hasta el año pasado que el presidente, por fin en una de sus miles de alocuciones, habló y reconoció el problema de la inseguridad en Venezuela… tuvieron que pasar 9 años… Wow!

Pero para no decir que todo es malo… y… Reconociendo un poco la labor del joven Ministro Tarek El Alzaimi, creo que ha sido el único Ministro de Relaciones Interiores y Justicia que en mi parecer se le ha visto algo de voluntad para poner coto a este mal, no obstante, todos sabemos que es insuficiente, acciones sesgadas y esporádicas que no resuelven ni resolverán el problema de la descomposición social que genera la criminalidad, hacen falta más que policías, y por supuesto que no sean corruptos, más que leyes, que se puedan aplicar con equidad y celeridad, más que tribunales y circuitos judiciales, que sentencien los casos que llevan años en espera, más que centros penitencieros, que reformen de verdad y que no sean sedes de estudio de posgrado para el perfeccionamiento de la criminalidad, abogados y jueces verdaderamente honestos, autónomos e independientes políticamente hablando, bueno,,, y mucho más…

Algunos señalan que esto es un problema de educación, y… eso es verdad, pero no es algo se pueda resolver de la noche a la mañana, el problema va mucho más allá, cuando los maestros reciben en sus aulas jóvenes armados, drogados, con hogares en descomposición, sin padres o criados sin la figura paterna… (Respira) Ahaaaaa! Quisiera seguir hablando de esto… pero creo que no podría llegar en este momento a ninguna conclusión completa, sólo… que todos de cierta manera somos responsables… al permitir que esa impunidad siga. ¿Por qué tenemos que seguir viviendo con miedo? ¿Por qué si sabemos quienes son, no los denunciamos y los enfrentamos con la justicia? Busquemos juntos y organizados, los mecanismos para darle al hampa y a sus victimas, lo que se merecen… Justicia.

Caso contrario… el hampa… con todo y revolución seguirá en evolución.