Crítico del Pueblo

Estimados amigos,

Amigos míos, los míos de verdad y los que realmente ven en mi un apoyo, una fuente de comprensión y respeto…les quiero pedir encarecidamente me disculpen…no existe ninguna justificación posible, para que yo les halla dejado a un lado, mi egoísmo no tiene limites, no he hecho otra cosa que pensar en mi.

Estoy en un momento de mi vida en el que siento y huelo el porvenir y veo claramente el futuro, mis ímpetus recorren todas las fibras de mi cuerpo, son fuerzas perfiladas hacía un objetivo muy claro, que aunque distante, lo puedo ver y sé que lo voy alcanzar.

He comenzado a recorrer nuevamente la senda que había dejado de recorrer, mis pies no descansan, mi mirada esta fija hacía el horizonte que termina con la unión de la tierra y el cielo.

Siento que no hay nada que me pueda detener, salto obstáculos, tumbo barreras, derroto tiranos y sigo adelante, me hostigan, me gritan, me empujan, pero no desmayo y sigo caminando.

Se muy bien que ustedes me ven, pero yo no puedo dejar de ver el horizonte, lo siento…yo a ustedes no los veo…


Se que ustedes me pueden hablar, pero yo no los puedo escuchar, perdón… pero, los ruidos no me dejan en paz…

Se que ustedes me pueden tocar y sentir, pero yo no, mis manos están ocupadas y mi piel solo siente el viento pasar mientras camino, discúlpenme…

Lo siento, perdón, discúlpenme…es que ahora no puedo ser yo…

Soy el horizonte, los ruidos y el viento, que los he hecho míos, para que los pies no me duelan y mi mirada sólo vea hacía adelante, donde esta el porvenir y el futuro. Necesito, quiero y anhelo estar en donde termina el camino, halla en donde termina la unión de la tierra y el cielo.

Solo espero saber que si llego a donde quiero, ustedes estén allí también, entonces…sé que si me ven yo los veré, si me hablan yo los voy a escuchar y si me tocan los voy a sentir, porque sólo cuando este donde quiero, dejare de ser el horizonte, el ruido y el viento, para ser simplemente yo otra vez.