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viernes, 22 de mayo de 2009

Ensayo: UNA MIRADA PRECOZ EN LA EVALUACIÓN EDUCATIVA DEL NUEVO MODELO DE FORMACION VENEZOLANO.


Se dice que si nos colocamos en una cima lo suficientemente distante de un objeto o fenómeno a estudiar es suficiente para determinarlo y describirlo tal cual como es, no obstante, cuando estudiamos un sistema inmerso en una serie de procesos, funciones, subsistemas, macrosistemas y con tantas acciones por y para su construcción equitativa, actividades unas mas complejas que otras, paradigmas, entre otras implicaciones, no es suficiente mirar el panorama desde un enfoque hermenéutico o interpretativo ó, desde el punto de vista de la fenomenología es decir, cómo el problema es percibido por los actores inmersos en el sistema evaluativo, esto quiere decir, que si queremos una fotografía mas fidedigna y valida, necesitamos observar y registrar el fenómeno con muchos enfoques y posturas, desde una óptica ecnográfica porque la cultura de nuestro pueblo, los valores, la ética y nuestras costumbres que consciente o inconscientemente se refleja en todo lo que hacemos, tiene su cuota subjetiva de incidencia en nuestra forma de evaluar. De igual manera, desde la visión holística, tomando en cuenta no solo el contexto, lo social, la percepción psíquica del evaluador o del evaluado, si no desde el todo integrado institución, sociedad, país, latinoamericanidad y el mundo interconectado a través de redes sociales y en avance hacía una globalización económica y hacía una mundialización de nuestra sociedad terrestre, desde el punto de vista filosófico, político y económico.


En tal sentido, debemos abordar este importante componente de la formación educativa en la práctica docente, por nuestros educandos, tomando en consideración la eficacia, eficiencia y la efectividad de nuestro currículo educativo, de sus programas, cursos y áreas de desarrollo del saber para la consolidación de un ser social, mas humano, reflexivo en cuanto las problemáticas que lo afectan y afecta a sus comunidades, un ser crítico, apegado mas a una religión secular, por y para la razón, en equilibrio con él y con el ambiente que lo rodea.

Se puede decir que la evaluación es una actividad inherente a toda actividad humana intencional, por lo que debe ser sistemática, y que su objetivo es determinar el valor de algo (Popham, 1990).

El término calificación está referido exclusivamente a la valoración de la conducta de los alumnos (calificación escolar). Calificar, por tanto, es una actividad más restringida que evaluar. La calificación será la expresión cualitativa (apto/no apto) o cuantitativa (10, 9, 8, entre otras escalas) del juicio de valor que emitimos sobre la actividad y logros del alumno. En este juicio de valor se suele querer expresar el grado de suficiencia o insuficiencia, conocimientos, destrezas y habilidades del alumno, como resultado de algún tipo de prueba, actividad, examen o proceso.

Se evalúa siempre para tomar decisiones. No basta con recoger información sobre los resultados del proceso educativo y emitir únicamente un tipo de calificación, si no se toma alguna decisión, no existe una auténtica evaluación.

Así pues, la evaluación es una actividad o proceso sistemático de identificación, recogida o tratamiento de datos sobre elementos o hechos educativos, con el objetivo de valorarlos primero y, sobre dicha valoración, tomar decisiones (García Ramos, 1989).

Asumiendo una postura metodológica cualitativa ó cualicuantitativa deductiva, comienzo este intento por sintetizar el análisis critico de la realidad evaluativa de nuestro sistema de formación instruccional, definiendo la evaluación educativa como un hecho de reconocimiento y valoración de los conocimientos, actitudes y potencialidades de un ser humano, orientada a convertir la practica docente en una herramienta motivadora para que dicha conversión del alumno o participante activo en la enseñanza, sea en virtud de crear un agente y/o facilitador del cambio social, un generador al mismo tiempo de emprendimientos e iniciativas productivas emancipadoras e innovadoras para el futuro desarrollo de nuestra nación.

En este mismo orden de ideas, cada ser humano tiene algo que ofrecer, algo que facilitar o dar, esta afirmación tiene una concepción y un asidero en las ideas revolucionarias provenientes de la formación laboral y más específicamente del campo del desarrollo organizacional y el desarrollo humano en la gerencia y los negocios, en donde, se habla de desarrollar las potencialidades y virtudes que por naturaleza o providencia se ha dado a cada ser. Y es, en esta dirección que debe orientarse la evaluación, cada uno tiene talentos y capacidades (aptitudes) esperando para ser desarrolladas, en tal sentido, un programa que se incline por evaluar dichas capacidades en el ser humano en Pro de una construcción curricular dinámica de competencias guiadas a satisfacer las distintas áreas estratégicas, en primera instancia para la resolución de las distintas problemáticas que aquejan a nuestra sociedad y en segunda instancia, las necesidades de ocupación tanto laboral como académicas encauzadas para el bienestar común. Enfatizando, la necesidad de que la evaluación no puede seguir el camino de medir sólo conocimientos, si no desde la óptica de la educación de un continuo humano haciendo y conviviendo en una educación fundamentada principalmente en valores humanos y especialmente en los valores éticos del pueblo, en correspondencias con nuestro marco legal fundamental y en vía de que trascienda al ámbito social y al desarrollo y avance de nuestras comunidades y pueblos.

Si se ha establecido que la evaluación debe enfocarse en potenciar capacidades, habilidades y las destrezas de nuestros estudiantes en los ejes integradores: del conocer, el hacer, el convivir y el ser, con los valores humanos como ejes transversales. Con la introducción de los cambios en materia de evaluación para el Liceo Bolivariano se pretendió enfrentar al estudiante como nuevo ciudadano que se quiere erigir, con su realidad social, lo cual implicaba la formación para el desarrollo endógeno, por convivencia, investigación, manejo del pensamiento complejo y mención para el trabajo, para dar esencia a un currículo que le permitiera al participante imaginar, crear, buscar y ensayar las alternativas que viabilicen y concreten los cambios que se necesitan para su formación y por repercusión el desarrollo de nuestra nación.

De esta manera, se concibe la evaluación dentro de la teoría constructivista, es decir, como una manera de construir saberes en clase, se le permite al participante democráticamente realizar las tareas que considere pertinentes y necesarias para su formación, articulando lo que aprende en el proceso educativo, con lo que vive en su hogar y con las necesidades que tenga, para que a través de la metodología de proyectos de acción factibles, sea capaz de buscar respuestas o dar soluciones a las problemáticas sociales y comunitarias, siempre en un rol activo, y agrego más que eso, proactivo, modificando la practica tradicional del evaluador en una evaluación sumativa para fortificar sus potencialidades, determinar sus fortalezas y debilidades y proceder a perfeccionar la práctica docente con el propósito de hacer los correctivos necesarios y cumplir con eficacia y eficiencia la meta de obtener del proceso educativo un producto de calidad para la tarea de construir patria y alcanzar el anhelado desarrollo.

A mi juicio, como participante del proceso educativo ya no como docente, si no como estudiante, creo que con la puesta en práctica y la utilización de la metodología de proyectos como estrategia educacional es uno de los cambios sustanciales para una construcción activa de los saberes en clase, esto significa que nosotros como estudiantes conjuntamente con el docente facilitador de conocimientos y dinamizador de técnicas socializadoras llegamos a la concertación e implementación de una metodología de “aprender a aprender y aprender haciendo”, solucionando problemáticas a la vez que se generan aprendizajes significativos. No obstante, existen ciertos obstáculos para viabilizar el enfoque metodológico antes descrito, ya que tanto nuestra población estudiantil como nuestros docentes no están formados, para esta forma de adquirir aprendizajes.

No podemos obviar, que incluso en nuestra población ya existe un déficit técnico en las formas de adquirir aprendizajes, esta afirmación tiene su fundamento, en que nuestros estudiantes generalmente, sólo usan como técnica la retención memorística, sin utilizar otras técnicas, como la lectura comprensiva, uso del diccionario, el subrayado de ideas principales y secundarias, el análisis, la síntesis, las esquematizaciones, los mapas conceptuales y mentales, la mnemotecnia, entre otros. En tal sentido, no podemos pedir a nuestros docentes y mucho menos pueden pedirnos a nosotros como estudiantes que aprendamos por arte de magia una metodología de proyectos, que si bien es muy productiva para consolidar los saberes en clase, sería inviable si primero no nos enseñan ha, aprender a aprender, para luego aprender haciendo. Aunado a la enseñanza – aprendizaje de la filosofía y las técnicas de trabajo productivo en equipo, la innovación y la competitividad.

Del hipotético fundamento esgrimido anteriormente surge otro obstáculo que a mi parecer, deprime aún más la propuesta de una evaluación por proyectos en las Instituciones educativas, y no es otra cosa que la falta de una infraestructura acorde con esta metodología. En Venezuela, primero se proyecta y crean las propuestas de leyes, modelos, sistemas, entre otros. Y por una mala planificación gubernamental, siempre se pretenden implantar estos nuevos esquemas sobre las viejas estructuras que medio sostenían lo que las precedía. Para ejemplo de ello, el Código Orgánico Procesal Penal (COPP), se implantó: primero sin un sistema de cárceles seguras y que de verdad reformarán a los reos y, segundo sin circuitos judiciales acordes para la implementación de los juicios orales. Aunado a la falta de jueces, abogados, fiscales y comisarios capacitados para su justa aplicación, ni un organismo policial realmente certificado para garantizar la ejecución de la ley y el orden. Es decir, primero implantamos y luego que en el camino se emparejen las cargas.

Esa fue también la suerte, de nuestra niñez abandonada y maltratada, con la aplicación de la Ley Orgánica de Protección del Niño y el Adolescente (LOPNA). Y también pretendieron hacer lo mismo con la aplicación del Sistema Educativo Bolivariano en los Liceos, pero… ¿Como hacerlo sin laboratorios de Desarrollo Endógeno? Con espacios sin la debida dotación y ambientación, sin laboratorios óptimos de informática y telemática, sin buenos comedores escolares, ni talleres de educación para el trabajo, con ineficaces sistemas de transporte, ineficientes servicios públicos, sin los implementos deportivos necesarios y lo peor, con hacinamiento en las aulas y sin un capital humano debidamente capacitado y desarrollado para una educación constructivista, humanística y enfocada en la calidad, la productividad, la solidaridad y la cooperación social, entre otros requisitos estructurales que debieron preverse con antelación.

Ahora, lo mismo se quiere para las Universidades no autónomas, con la Ley del Servicio Social Comunitario del Estudiante Universitario, envolviendo con autoritarismo académico el hecho de pretender sustituir el paradigma cuantitativo en la investigación, por el paradigma social – cualitativo, hasta el punto de prohibir todo aquello que sea cuantitativo o cuantificación de variables, tabulación y graficación, instrumentos, entre otros. Entiendo que lo social y lo humano es prioritario, pero la ciencia también necesita de investigadores cuantitativos y cualicuantitativos, y no sólo para resolver problemas sociales, sino también para solventar y mejorar otros ámbitos de nuestra sociedad y áreas del saber.

En tal sentido, si no tenemos estructuras sólidas que puedan sostener y viabilizar el nuevo paradigma de la evaluación cualitativa ó el hibrido cualicuantitativos, no se podrá llegar a la consecución de una evaluación más humana y centrada en la persona, sus potencialidades y cualidades.

De tal manera, que si me preguntan hoy: ¿Cómo le gustaría ser evaluado? Diría sin temor a equívocos, ¡Como quieran! Siempre y cuando me comuniquen y me hagan coparticipe de la decisión de escoger que criterios van a utilizar para medir mi conocimiento ó qué parámetros no numéricos de observación o entrevista van a implementar para valorar mis cualidades y en con qué enfoque ó paradigma educativo se va a fundamentar la evaluación.

Esto nos lleva, ha buscar explicaciones concretas acerca de lo que es un paradigma, en tal sentido, podemos decir que en el caso específico de la investigación y la evaluación vienen a ser todas aquellas creencias, compartidas por una comunidad científica la cual controla supuestos y peroraciones de una sociedad. Se puede decir que un paradigma son: modelos mentales o patrones operativos y yo le agrego además que son de uso general y que son aceptados por todos.

Los fundamentos de la metodología cuantitativa en la investigación, que es de donde proviene principalmente, podemos encontrarlos en el positivismo que surge en el primer tercio del siglo XIX como una reacción ante el empirismo que se dedicaba a recoger datos sin introducir los conocimientos más allá del campo de la observación. Alguno de los científicos de esta época dedicados a temas relacionados con las ciencias de la salud son Pasteur y Claude Bernard, siendo este último el que propuso la experimentación en medicina. A principios del siglo XX, surge el neopositivismo o positivismo lógico siendo una de las aportaciones más importantes la inducción probabilística. La clave del positivismo lógico consiste en contrastar hipótesis probabilisticamente y en caso de ser aceptadas y demostradas en circunstancias distintas, a partir de ellas elaborar teorías generales.

La evolución de la investigación cualitativa no puede concebirse si no es desde la consideración del proceso seguido por cada una de las diferentes áreas que han conformado esta manera de entender la investigación en el campo de las ciencias sociales, sobre todo desde la antropología y la sociología, por lo que una revisión histórica no puede por menos que trascender el contexto de una única disciplina.

Bogdan y Biklen (1982) establecen cuatro fases fundamentales en el desarrollo de la investigación y la evaluación cualitativa en la educación. Un primer periodo que va desde finales del siglo XIX hasta la década de los treinta, donde se presentan los primeros trabajos cualitativos y adquieren su madurez diversas técnicas cualitativas como la observación participante, la entrevista en profundidad o los documentos personales, impone su impronta la Escuela de Chicago y tiene lugar el nacimiento de la sociología de la educación. Un segundo periodo que comprende desde la década de los treinta a los cincuenta, en el que se produce un declive en el interés por el enfoque cualitativo. Un tercer momento se produce en torno a la década de los sesenta, época marcada por el cambio social y el resurgimiento de los métodos cualitativos. El cuarto periodo, iniciado en la década de los setenta, se ve por parte de Bogdan y Biklen (1982) como la época en jaque comienza a realizarse investigación cualitativa por los investigadores educativos, y no por antropólogos o sociólogos como había sido lo normal hasta este momento.

El paradigma cuantitativo de la evaluación sugiere que los procedimientos requieren medición y cuantificarse para entender el comportamiento de los fenómenos educativos para describir causas y efectos y explicar relaciones entre variables independientes (tratamiento) y variables dependientes (resultados). Sus características más resaltantes son: La objetividad; la relación Independiente entre Sujeto – Objeto; los valores del evaluador que en este caso no deben Intervenir con el evaluado y que sus raíces filosóficas la conforman el empirismo y el positivismo lógico para buscar las causas reales de los fenómenos a estudiar.

Por su parte en el Paradigma Cualitativo cada fenómeno es considerado como algo único que debe ser analizado en su ambiente natural y con la utilización de procedimientos e instrumentos que permitan captarlos en su integridad. Sus características más destacadas son: que la teoría constituye una reflexión desde la práctica, ya que la realidad está constituida no sólo por hechos observables y externos, sino por significados y símbolos e interpretaciones elaboradas por el propio sujeto a través de una interacción con los demás; su objeto es la construcción de teorías prácticas, configuradas por reglas y no por leyes e Insiste en la relevancia del fenómeno, frente al rigor del enfoque racionalista-positivista. Intenta comprender la realidad dentro de un contexto dado, por tanto, no puede fragmentarse ni dividirse en variables dependientes e independientes.

Partiendo de la premisa que la evaluación cuantitativa y cualitativa provienen de las áreas del saber de la investigación y la metodología, se tomarán como validas las diferencias existentes entre estas trasfiriendo sus resultados a la evaluación educativa respectivamente. El objetivo de cualquier ciencia es adquirir conocimientos y la elección del método adecuado que nos permita conocer la realidad, es por tanto fundamental. Los métodos inductivos están generalmente asociados con la investigación cualitativa mientras que el método deductivo está asociado frecuentemente con la investigación cuantitativa. Es decir entonces. Que la evaluación cuantitativa puede aplicarse de lo general a lo específico, mientras la evaluación cualitativa es lo contrario, va de lo particular a lo general.

En la evaluación cuantitativa se recogen y analizan datos sobre la base de variables. Mientras La evaluación cualitativa evita la cuantificación. Los evaluadores cualitativos hacen registros narrativos de los fenómenos que son estudiados mediante técnicas como la observación participante y las entrevistas no estructuradas. La diferencia fundamental entre ambas metodologías es que la cuantitativa estudia la asociación o relación entre variables cuantificadas y la cualitativa lo hace en contextos estructurales y situacionales. La investigación cualitativa trata de identificar la naturaleza profunda de las realidades, su sistema de relaciones, su estructura dinámica, mientras que con la evaluación cuantitativa se trata de determinar la fuerza de asociación o correlación entre variables, la generalización y objetivación de los resultados. Tras el estudio de la asociación o correlación pretende, a su vez, hacer inferencia causal que explique por qué las cosas suceden o no, de una forma determinada.

El empleo de ambos paradigmas cuantitativos y cualitativos en una investigación o en una evaluación educativa cualicuantitativa probablemente podría ayudar a corregir los sesgos propios de cada paradigma, pero el hecho de que la metodología cuantitativa sea la más empleada no es producto del azar, si no de la evolución del método científico a lo largo de los años. En ese sentido la cuantificación incrementa y facilita la compresión del universo que nos rodea. Ya mucho antes de los positivistas lógicos o neo-positivistas, Galileo Galilei afirmaba en este sentido "mide lo que sea medible y haz medible lo que no lo sea". Ahora entiendo porque martirizaron a este extraordinario científico y personaje histórico, cambiar al mundo no es fácil y mucho menos decir valientemente que éste no era plano, sino redondo.

En cuanto a las técnicas y los Instrumentos de los paradigmas de la evaluación educativa, podemos mencionar: a la observación, que es una técnica que se utiliza para darnos cuenta cuando los alumnos aprenden, de lo que dicen o hacen. Puede ser en forma incidental o intencional, asistemática o sistemática, abierta o focalizada, en contextos naturales o creados especialmente. Sus Instrumentos, más empleados son: los registros anecdóticos; las listas de control y los diarios de clase.

Los trabajos y ejercicios que se realizan en clase: que son una serie de actividades que se realizan en clase con el fin de valorar el nivel de comprensión o ejecución por parte de los alumnos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es importante que tengan coherencia con los objetivos de aprendizaje. Pueden variar entre ejercicios, solución de problemas, visitas a lugares, investigación en la biblioteca, museos, entre otros. Se pueden realizar de manera individual o en grupos cooperativos.

La evaluación de portafolios, que consiste en hacer una colección de producciones o trabajos, tales como ensayos, análisis de textos, composiciones escritas, problemas matemáticos resueltos, dibujos, proyectos, reflexiones, grabaciones, etc. Así como instrumentos o técnicas evaluativas, tales como cuestionarios, mapas conceptuales, exámenes, entre otros. Los cuales el estudiante realizan durante un período de tiempo o ciclo educativo. Pueden elaborarse portafolios digitalizados. Entre otros,

Esta técnica de evaluación se puede utilizar en todas las disciplinas y se pueden evaluar diferentes contenidos curriculares (conceptos, habilidades, destrezas, estrategias, actitudes, valores, etc.) El objetivo final es contar con una muestra de trabajos que hagan constar los aprendizajes y progresos de los alumnos durante un período escolar. Permite una reflexión conjunta: evaluación profesor, coevaluación profesor-alumno, la evaluación mutua entre compañeros y la autoevaluación.

Es importante reflejar que aunque existen instrumentos y técnicas específicas para cada paradigma, no son exclusivos de uno u otro. Todo depende de que se quiere medir o valorar, y si esta enfocado en el proceso o en el resultado.

Para terminar concluyo, con una breve reflexión acerca del trabajo de la Dra. Susana Carena de Peláez Titulado La evaluación educativa y sus potencialidades formadoras, en el que habla de una educación más humana y centrada en la persona. Explica la autora, que la evaluación hasta nuestros días a colaborado con el monstruo técnico – Industrial del Mundo, que alinea y somete a nuestros estudiantes a ser como un robot automatizado que sólo responde a estímulos preconcebidos por grandes intereses económicos y políticos, volviéndolos esclavos del conformismo y la falta de determinación para ser libres.

Señala que la evaluación es una herramienta que puede servir para potenciar nuestras virtudes y convertirnos en seres pensantes, constructores de nuestros propios saberes y experiencias. Una Evaluación centrada en la persona, personalista, y fundamenta sus conclusiones con el personalismo como un ideal que puede mejorar el proceso enseñanza – aprendizaje.

Considero que su trabajo coincide sustancialmente con el enfoque evaluativo del continuo humano y mis opiniones acerca de lo que debe ser la evaluación en nuestro sistema educativo venezolano. Mi mirada puede ser precoz, pero audaz y sincera. Es lo que pienso para una mejora práctica docente y un mejor porvenir para nuestra bella patria venezolana.

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