viernes, 15 de mayo de 2009
La economía y yo
Una vez escribí...
¡Soy un profesional!… ¿Soy un profesional?..., ¡SI!... Porque no solo tengo profesión, sino porque actúo como tal, todo lo planifico, organizo, dirijo y controlo de la manera más técnica posible, todos mis procesos y comportamiento siempre esta en coordinación con las normas y los valores de las empresas para las que trabajo. Laboro casi cincuenta horas de pie, porque soy docente, instructor o adiestrador, como a ustedes le suene mejor, pero no para ahí, trabajo en mi casa también, como comprenderán, todo lo que es planificación, nominas, preparación de clases y otras actividades relacionadas con mi trabajo lo tengo que hacer con antelación y para ello, se debe tener tiempo, así que lo hago en mi computador, también, escribo para mi, o para la posteridad, tengo un proyecto de investigación, para escribir un libro, ¡Quiero escribir! Además están las ayudas o favores que a veces hago a las personas que van solicitando mis buenos oficios, entonces saco cuentas y de verdad, que el tiempo que tengo para mi o mi familia es muy poco, en definitiva trabajo muchas horas más…
He explicado todo esto para hacer una sola interrogante que permita justificar un cambio necesario para sobrevivir… ¿Cuánto ganaría yo, en Washington, o en Tokio, o en Sidney? Por nombrar solo unas de las tantas ciudades del mundo donde la economía como que tiene un mejor rostro, aquí en Venezuela gano muy poco en comparación con los gastos que tenemos en casa, tengo que trabajar muchísimo, me trasnocho, me duermo en los carros que viajo, mi esposa se pone de mal humor, mis hijas me reclaman, en muchas ocasiones tengo stress, ya no disfrutó una buena película y la lectura, la tengo que hacer, o muy tarde en la noche, o mientras voy en un auto por puesto, o en unos minutos libres en el trabajo. El ejercicio físico muchas veces no lo puedo ejecutar y cuando lo hago, lo realizo en breve tiempo, media hora, cuarenta o cuarenta y cinco minutos, y no todos los días, cuando mucho tres o cuatro días a la semana. No puedo adquirir un auto ni siquiera de segunda, porque en estos momentos otras cosas son prioridad. Y es que además no podría porque lo que gano no me alcanza para adquirirlo. Lo único que me consuela es que por lo menos una vez a la semana, navego por la Internet, tres o cuatro horas. Y mientras lo hago descargo muchísima música, que escucho todos los días mientras trabajo en mi casa, cada semana tengo temas nuevos, nuevos intérpretes, canciones de ayer y hoy y mucha variedad. También descargo software, libros, tutoriales y cursos. ¡Gracias a Dios! porque sino ya hubiera colapsado. El tiempo cada vez se me reduce más, todo esto por buscar un mejor sueldo, tener un ingreso extra, que nos ayude a pagar el sinfín de deudas que se nos acumulan, por una u otra razón, comida, servicios, transporte, medicinas, vestido, entre otros. Cada vez trabajo más pero, gano mucho menos, porque los sueldos están casi estáticos, en comparación con el alza de los productos, nuestro sueldo nominal, ni esperanzas de llegar al sueldo real, y en nuestro caso mis sueldos aunado al sueldo de mi esposa y aún así, no llegamos a completar el pago de la canasta básica mensual del venezolano. Nuestra moneda cada vez se devalúa más, la inflación sigue galopando y con ella, la especulación y la indeferencia de las autoridades, en casi todas las instituciones públicas parece haber corrupción y nadie es castigado, y mucho más… que no podría terminar de narrar. Esa pregunta que hacía anteriormente, la puedo contestar, porque he conocido por la Internet, personas de esas ciudades, que hacen más o menos lo mismo que yo, claro trabajando solamente cuarenta o cuarenta y dos horas a la semana y saben que, viven muy bien, tienen casa propia, dos autos, confort, viajan a otros países en sus vacaciones, tienen todos los servicios en su hogar, es decir, que viven dignamente, como debe ser. Entonces que se supone que debo hacer yo para mejorar… para recuperar las inversiones de nuestro esfuerzo para graduarnos, para tener una vida como mis colegas gringos, japoneses o australianos… ¿Debo olvidarme que soy un profesional? Y comenzar a comerciar, vender, hacerme de un cargo político para mañana desfalcar al Estado, es decir, corromperme… sería muy normal en este país, olvidar los valores humanos que me enseñaron y volverme un mercader vampiro y avariento… ¿Como enfrentar esta crisis económica? Que me amarga tanto la existencia, ¿Como salir airosos de este dilema, sin dejar de ser profesional?... Bueno creo saber cual es la respuesta, pero por ahora, como dijo una vez un compatriota, debo calmarme y fijar bien mis pies a la tierra, y comenzar a idear un buen plan, en septiembre comienzo otra vez a estudiar, esta vez para hacer mi postécnico, que tanto he esperado… tengo muchísimas ideas, pero hay una, que ronda mucho mi cabeza y es nada más y nada menos que volverme empresario, así que no sería un simple mercader, porque no estaría ganado dinero solamente, estaría también prestándole un excelente servicio a la sociedad… ¿En que ramo o sector industrial?... Bueno en el que trabajo y conozco bien. EN EL DE LA EDUCACIÓN PARA EL TRABAJO. Debo hacer de esto un reto, un gran objetivo para luchar, primero que nada debo rodearme de los colaboradores necesarios y los tengo, están ahí, yo sé que estos van a venir a mi, si les muestro mis ideas, pero quizás lo más difícil sea, conseguir el o los inversionistas, así que con mis colaboradores debo sentarme para hacer un buen Businesses Plan, que nos permita la inserción del capital, para arrancar. Sé que esto es difícil, pero no es imposible, si logramos la sinergía necesaria, nada pierdo con intentarlo. En este país para la gente como yo y muchos más, ya no hay oportunidades… entonces he decidido, que renuncio, a seguir buscándolas… yo mismo voy a crearlas, para mi y mis amigos, y para todo aquel que sienta que lo han echado a un lado, en este sistema económico establecido por mediocres. Hoy la economía y yo, no estamos bien, pero como todo en la vida cambia, cuando nosotros queremos que los cambios se hagan posibles, desde hoy me declaro en guerra contra la desidia de las empresas que no supieron apreciar mi potencial, en guerra contra cualquiera que se interponga entre mi persona y la economía que deseo para mi y los míos. Le declaro la guerra a los incapaces, a los corruptos, a los mercaderes del templo y hasta al mismo Sumo Sacerdote que dirige la economía que nos toca vivir todos los días a nosotros los profesionales venezolanos que queremos mejorar nuestra vida y que queremos vivir dignamente.
¡Soy un profesional!… ¿Soy un profesional?..., ¡SI!... Porque no solo tengo profesión, sino porque actúo como tal, todo lo planifico, organizo, dirijo y controlo de la manera más técnica posible, todos mis procesos y comportamiento siempre esta en coordinación con las normas y los valores de las empresas para las que trabajo. Laboro casi cincuenta horas de pie, porque soy docente, instructor o adiestrador, como a ustedes le suene mejor, pero no para ahí, trabajo en mi casa también, como comprenderán, todo lo que es planificación, nominas, preparación de clases y otras actividades relacionadas con mi trabajo lo tengo que hacer con antelación y para ello, se debe tener tiempo, así que lo hago en mi computador, también, escribo para mi, o para la posteridad, tengo un proyecto de investigación, para escribir un libro, ¡Quiero escribir! Además están las ayudas o favores que a veces hago a las personas que van solicitando mis buenos oficios, entonces saco cuentas y de verdad, que el tiempo que tengo para mi o mi familia es muy poco, en definitiva trabajo muchas horas más…
He explicado todo esto para hacer una sola interrogante que permita justificar un cambio necesario para sobrevivir… ¿Cuánto ganaría yo, en Washington, o en Tokio, o en Sidney? Por nombrar solo unas de las tantas ciudades del mundo donde la economía como que tiene un mejor rostro, aquí en Venezuela gano muy poco en comparación con los gastos que tenemos en casa, tengo que trabajar muchísimo, me trasnocho, me duermo en los carros que viajo, mi esposa se pone de mal humor, mis hijas me reclaman, en muchas ocasiones tengo stress, ya no disfrutó una buena película y la lectura, la tengo que hacer, o muy tarde en la noche, o mientras voy en un auto por puesto, o en unos minutos libres en el trabajo. El ejercicio físico muchas veces no lo puedo ejecutar y cuando lo hago, lo realizo en breve tiempo, media hora, cuarenta o cuarenta y cinco minutos, y no todos los días, cuando mucho tres o cuatro días a la semana. No puedo adquirir un auto ni siquiera de segunda, porque en estos momentos otras cosas son prioridad. Y es que además no podría porque lo que gano no me alcanza para adquirirlo. Lo único que me consuela es que por lo menos una vez a la semana, navego por la Internet, tres o cuatro horas. Y mientras lo hago descargo muchísima música, que escucho todos los días mientras trabajo en mi casa, cada semana tengo temas nuevos, nuevos intérpretes, canciones de ayer y hoy y mucha variedad. También descargo software, libros, tutoriales y cursos. ¡Gracias a Dios! porque sino ya hubiera colapsado. El tiempo cada vez se me reduce más, todo esto por buscar un mejor sueldo, tener un ingreso extra, que nos ayude a pagar el sinfín de deudas que se nos acumulan, por una u otra razón, comida, servicios, transporte, medicinas, vestido, entre otros. Cada vez trabajo más pero, gano mucho menos, porque los sueldos están casi estáticos, en comparación con el alza de los productos, nuestro sueldo nominal, ni esperanzas de llegar al sueldo real, y en nuestro caso mis sueldos aunado al sueldo de mi esposa y aún así, no llegamos a completar el pago de la canasta básica mensual del venezolano. Nuestra moneda cada vez se devalúa más, la inflación sigue galopando y con ella, la especulación y la indeferencia de las autoridades, en casi todas las instituciones públicas parece haber corrupción y nadie es castigado, y mucho más… que no podría terminar de narrar. Esa pregunta que hacía anteriormente, la puedo contestar, porque he conocido por la Internet, personas de esas ciudades, que hacen más o menos lo mismo que yo, claro trabajando solamente cuarenta o cuarenta y dos horas a la semana y saben que, viven muy bien, tienen casa propia, dos autos, confort, viajan a otros países en sus vacaciones, tienen todos los servicios en su hogar, es decir, que viven dignamente, como debe ser. Entonces que se supone que debo hacer yo para mejorar… para recuperar las inversiones de nuestro esfuerzo para graduarnos, para tener una vida como mis colegas gringos, japoneses o australianos… ¿Debo olvidarme que soy un profesional? Y comenzar a comerciar, vender, hacerme de un cargo político para mañana desfalcar al Estado, es decir, corromperme… sería muy normal en este país, olvidar los valores humanos que me enseñaron y volverme un mercader vampiro y avariento… ¿Como enfrentar esta crisis económica? Que me amarga tanto la existencia, ¿Como salir airosos de este dilema, sin dejar de ser profesional?... Bueno creo saber cual es la respuesta, pero por ahora, como dijo una vez un compatriota, debo calmarme y fijar bien mis pies a la tierra, y comenzar a idear un buen plan, en septiembre comienzo otra vez a estudiar, esta vez para hacer mi postécnico, que tanto he esperado… tengo muchísimas ideas, pero hay una, que ronda mucho mi cabeza y es nada más y nada menos que volverme empresario, así que no sería un simple mercader, porque no estaría ganado dinero solamente, estaría también prestándole un excelente servicio a la sociedad… ¿En que ramo o sector industrial?... Bueno en el que trabajo y conozco bien. EN EL DE LA EDUCACIÓN PARA EL TRABAJO. Debo hacer de esto un reto, un gran objetivo para luchar, primero que nada debo rodearme de los colaboradores necesarios y los tengo, están ahí, yo sé que estos van a venir a mi, si les muestro mis ideas, pero quizás lo más difícil sea, conseguir el o los inversionistas, así que con mis colaboradores debo sentarme para hacer un buen Businesses Plan, que nos permita la inserción del capital, para arrancar. Sé que esto es difícil, pero no es imposible, si logramos la sinergía necesaria, nada pierdo con intentarlo. En este país para la gente como yo y muchos más, ya no hay oportunidades… entonces he decidido, que renuncio, a seguir buscándolas… yo mismo voy a crearlas, para mi y mis amigos, y para todo aquel que sienta que lo han echado a un lado, en este sistema económico establecido por mediocres. Hoy la economía y yo, no estamos bien, pero como todo en la vida cambia, cuando nosotros queremos que los cambios se hagan posibles, desde hoy me declaro en guerra contra la desidia de las empresas que no supieron apreciar mi potencial, en guerra contra cualquiera que se interponga entre mi persona y la economía que deseo para mi y los míos. Le declaro la guerra a los incapaces, a los corruptos, a los mercaderes del templo y hasta al mismo Sumo Sacerdote que dirige la economía que nos toca vivir todos los días a nosotros los profesionales venezolanos que queremos mejorar nuestra vida y que queremos vivir dignamente.
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