Crítico del Pueblo

Señala la introducción de la entrevista que desde el 12 de agosto de 2008, el presidente Chávez junto con sus ministros llegaron al Barrio de Masuca en el extenso sector de Petare, del Municipio Sucre perteneciente al Estado Miranda, para inaugurar en cadena nacional el centro de educación superior que en la actualidad forma a más de 11.000 estudiantes en las áreas de la Informática, contaduría, electrónica y educación especial. Con este acto oficial terminó un proceso que se inicio hace 6 años gracias al empeño de un profesor luchador y los vecinos del sector. Un proyecto que comenzó en una cancha de básquet y con la formación de ciudadanía, la disciplina deportiva y la creatividad artística.

Ramón Piñango y un grupo de expertos del Instituto de Estudios Superiores de Administración IESA lo entrevistan para sacar de este hecho positivo de nuestros procesos sociales, la esencia de lo que el pueblo exige de sus dirigentes y líderes tanto sociales como políticos y yo le saque provecho al hecho, para enseñar a mis alumnos lo que debe hacer un estudiante universitario para convertirse en un verdadero reformador o agente de cambio social.

Para Jim Ferrer mientras fue estudiante de posgrado del Pedagógico de Caracas, haciendo una maestría en Gerencia Educacional, una de sus tesis principales era, reclutar a los jóvenes más violentos de un sector, según los testimonios de los vecinos, para hacerlos cambiar mediante la formación en valores. Su metodología se basaba en facilitarles a estos chicos herramientas administrativas, actividades divertidas que promoviesen el asociativismo, talleres de trabajo en equipo, autoestima e iniciativa personal, tratando de transmitir los contenidos en sesiones interactivas, evitando las pesadas y poco dinámicas clases magistrales.

Llegó a Masuca con sus ideales pedagógicos y sus convicciones de cambio, y desde cero, comenzó su tarea con su amigo Wilfredo Rodríguez, maestro, especialista en dinámicas de grupo y líder comunitario, abriéndose en medio de la violencia de uno de los barrios más hacinados de Petare un camino de 6 años de trabajo comunitario, con el que gestionó la donación de un terreno baldío perteneciente a las Empresas Polar, en el mismo epicentro de la populosa barriada caraqueña que nada tiene de distinta a la favelas brasileñas, con la única condición que éste albergará un proyecto educativo.

Ferrer con los recursos provenientes de varias empresas privadas y del gobierno nacional, haciendo ciudadanía, movilizó a la comunidad, a sus jóvenes y vecinos, para construir el Instituto Universitario Jesús Obrero de Petare, dijo en la entrevista, ellos mismos fueron los obreros de la obra.

Pero… ¿Como lo logró… y en Petare? Bueno queridos amigos, Jim Ferrer se gano la confianza de la gente, se apalanco en el deporte, las actividades culturales y las charlas de formación ciudadana. Con uñas y dientes hicieron una cancha, organizó equipos, buscó el patrocinio empresarial para donar a los niños más pobres juguetes, inmiscuyó a las madres y abuelas en festivales populares, entre otras actividades.

Manifestó en la entrevista que no fue fácil, dijo hasta perdí colaboradores, es difícil quitarle a la violencia y a los violentos espacios para hacer cosas buenas, un joven formado en valores, es un violento menos, un drogadicto menos, un delincuente menos… y en medio de sus dinámicas eso lo convierte en un chigüire (débil) y ellos no perdonan ese hecho. A su juicio, los problemas que asechan a los jóvenes más humildes no podrán ser solventados acudiendo a la formación educativa. Sin embargo hoy en el Instituto Universitario que dirige, está formando a más de 11 mil jóvenes y eso es un hecho súper positivo en medio de tantas cosas malas, una hermosa victoria de lo que puede llegar hacer un estudiante universitario si comprende, que allá, afuera de las paredes del claustro universitario, en las comunidades, ante la vista gorda de nuestros dirigentes y la irresponsabilidad de los políticos de oficio de los gobiernos locales, hay problemas que esperan solución, que con un poco de organización, inteligencia social y buena voluntad, se podrían solucionar promoviendo una verdadera participación ciudadana.

Gracias a Dios, que todo no es negativo en Venezuela.