viernes, 9 de julio de 2010
OTRO GOLPE MÁS
Gracias al creador que hoy luego de muchos días estoy volviendo a mis escritos y a mi bitácora personal, mi blog: Crítico del Pueblo, y esta vez para hablarles de otro golpe más, pero esta vez no al poder, sino a una de las partes más frágiles del venezolano común, su bolsillo, su economía personal y familiar. Este año recibimos en esta hermosa patria, en plena Quinta República con su revolución bonita y con el Bolívar disque fuerte, una nueva devaluación de nuestra insigne moneda.
De dos con cincuenta bolívares (2,50 Bs.) por Dólar, paso a cuatro con treinta bolívares (4.30 Bs.) por Dólar como estábamos antes del primer viernes negro por allá por los años ochenta en el gobierno de Luís Herrera Campins con el Bolívar débil, es decir con los tres ceros (.000) que este gobierno le quito para que se viera y sintiera ostentoso.
Consciente de que el Dólar paralelo debe estar por el umbral de los 7,0 – 9,0 Bs. y que generalmente es con éste que, los comercios y empresas que no gozan de los favores o que no están en el circulo vicioso del clientelismo político del gobierno, hacen sus transacciones e importaciones.
Antes de esta esperadísima devaluación por muchos economistas, estadistas y visionarios, y no tan esperada por muchos indiferentes y menos por los afectos al oficialismo que pensaban y creían que su gobierno era uno de los mejores y que jamás algo así ocurriría, cosa más grande caballeros, pues ocurrió y he aquí las consecuencias.
Ya el deterioro de los salarios reales era un problema para todos y cada uno de los venezolanos que dependían de un quince y un último, de los pequeños comercios que dependen de esta importante masa de la población y para gran parte de la economía formal que vieron en los últimos trimestres del año, como el consumo se caía estrepitosamente y sus inventarios e inversiones se quedaban en standby en sus almacenes y depósitos.
Lastimosamente para nuestro país, el tipo de cambio era insostenible, la falta de una economía diversificada y productiva, la caída de los precios del petróleo y los excesivos e injustificados gastos en los que ha incurrido el gobierno bolivariano en el transcurrir de estos años, trajeron como consecuencia esta nueva devaluación y aquí no se puede culpar, aunque no dudo que lo hagan, a la oposición golpista, ni a la Cuarta República, ni a los medios de comunicación mesiánicos. Pero… ¿Quién tiene la culpa? No dudo que más de uno le siga echando la culpa a la pobre vaca.
A esta desafortunada medida, se le sumó la sequía de los primeros meses del año, el razonamiento energético, el cierre de varias empresas, la expropiación de la cadena de Supermercados Éxito, la invasión de miles de fincas, la toma de varios inmuebles, el cierre técnico de RCTV Internacional, el hostigamiento a políticos y personas disidentes al régimen y la constante amenaza de cerrar Globovisión, el cierre a finales del año pasado de más de trecientas emisoras de Radio, incluyendo parte del circuito CNB, la inflación galopante, la especulación, el desabastecimiento, la especulación, el acaparamiento, la inseguridad jurídica, la inseguridad personal, la desinversión, entre otros problemas que vinieron ha aumentar el índice económico ó factor de riesgo país.
Problemas y más problemas que se tradujeron en el incremento de casi un 100 % del precio de la canasta o cesta básica del venezolano, de 3.200 – 3.500 Bs. a 5.000 – 6.000 Bs. en este primer trimestre del año, los economistas a través de los medios y los medios anunciaron el incremento en cuatro salarios mínimos, creo que son cifras muy conservadoras, vislumbrándose que para el segundo, tercero y cuarto trimestre del año habrá más incremento, por la tasa de inflación, la falta de producción, la excesiva fiscalización y regulación de los sectores productivos privados, aunado al encendido discurso político del oficialismo, que sigue deprimiendo la inversión foránea y local, y si a esto le sumamos… los efectos de la crisis mundial y porque no decirlo, el cambio climático y el calentamiento global, no se en que podrá parar esto.
Este duro golpe al bolsillo del venezolano, se entiende como un deterioro demoledor de los salarios reales, con el aumento de casi todos los productos de la canasta básica, el venezolano ahora deberá gastar más y traerá menos de lo que traía antes a casa, con la especulación y el desabastecimiento a la orden del día, se ve en la obligación de comprar productos a precios exorbitantes, ejemplos: el azúcar, la harina, la leche, el café, entre otros, que el consumidor se ve obligado a pagar con sobreprecios hasta de un 100 % de su valor nominal.
Esto obliga al común, ha abrirse a nuevos horizontes laborales en los que pueda ser mejor recompensado por sus servicios, otros se obligan ha emprender negocios informales o comercios, tarantines, taguaras o changarros con los cuales buscar ingresos adicionales para aumentar sus gastos y así mitigar el déficit en su presupuesto familiar y de cierta manera también, es triste decirlo, terminan culturalmente acaparando los productos y especulando a otros, como decía aquella vieja canción de salsa “quítate tu pa’ ponerme yo”.
Hay unos que entran en el negocio de los cosméticos por catalogo, otros que venden cosas por Internet o incursionan en el emprendimiento parasitario de las cooperativas del gobierno, buscando hacerse del tesoro de la isla y salir huyendo al mar. Y… otros que simplemente se van del país, emigran a los Estado Unidos de Norteamérica ó, a España u, a otros países europeos, Australia – Oceanía se perfila como una buena opción para muchos, donde buscan mejorar su calidad de vida y un mejor porvenir para los suyos.
Por eso es que tenemos fama de toderos, yo me niego de cierta manera hacer trabajos no profesionales, ni técnicos, pero ya estoy al borde del precipicio, así como yo, muchísima gente en este país busca cambiar sus status económico, conozco un Físico que ahora, además de ser Docente como yo, es taxista, todo por mejorar en la vida.
Lo justo sería, que esto no pasará en esta tierra de gracia. Lo justo sería ser bien remunerados, para no tener que trabajar en exceso, hay gente que tiene hasta tres empleos y ninguna vida, lo justo sería que nuestros gobernantes y opositores dejaran sus rencillas para la campaña electoral y se dedicarán a trabajar juntos por Venezuela, lo justo sería que nuestro presidente le bajara el tono a su discurso de guerra y odio, que tuvieran la grandeza de perdonar y continuar construyendo un país que le robaron su destino de grandeza hace ya más de 200 años. Creo que debería ver el Film Invictus, para que aprenda la lección de vida de Nelson Mandela.
Esta realidad deformada de la Venezuela de hoy, sólo podrá mejorarse con el trabajo productivo de cada uno de los venezolanos, gobiernos, empresas y trabajadores todos buscando un mismo norte, mejorar nuestra producción interna, abastecer nuestros mercados y conquistar otros, para revertir los números de las importaciones por los de las exportaciones, es decir que exportemos más de lo que importamos.
Dejar el chanchullo que en este país ya esta institucionalizado, acabar con la corrupción verdaderamente, y el exceso de burocracia, repatriar esos recursos que hoy aún están en el exterior, explotar el turismo, reactivar la industria, colocar en los cargos públicos a los más capaces y moralmente solventes, aprender ha elegir… Dios… es tanto lo que podríamos hacer para mejorar, sólo nos falta voluntad y voluntad política sobre todo, como dice Al Gore “En este país la política es un recurso renovable”.
Sólo espero que esta situación no se siga agravando amigos lectores, porque las personas que ya están en pobreza crítica irremediablemente no les quedara más que militar en la delincuencia, vivir en la indigencia o simplemente morir en el intento de seguir soñando en este país de enormes riquezas… no quiero ni pensar en lo que nos espera si nuestros gobiernos no hacen algo pronto por mejorar esta situación que nos esta afectando cada día más y más…
Y que por este año no haya más golpes al bolsillo de los venezolanos.
De dos con cincuenta bolívares (2,50 Bs.) por Dólar, paso a cuatro con treinta bolívares (4.30 Bs.) por Dólar como estábamos antes del primer viernes negro por allá por los años ochenta en el gobierno de Luís Herrera Campins con el Bolívar débil, es decir con los tres ceros (.000) que este gobierno le quito para que se viera y sintiera ostentoso.
Consciente de que el Dólar paralelo debe estar por el umbral de los 7,0 – 9,0 Bs. y que generalmente es con éste que, los comercios y empresas que no gozan de los favores o que no están en el circulo vicioso del clientelismo político del gobierno, hacen sus transacciones e importaciones.
Antes de esta esperadísima devaluación por muchos economistas, estadistas y visionarios, y no tan esperada por muchos indiferentes y menos por los afectos al oficialismo que pensaban y creían que su gobierno era uno de los mejores y que jamás algo así ocurriría, cosa más grande caballeros, pues ocurrió y he aquí las consecuencias.
Ya el deterioro de los salarios reales era un problema para todos y cada uno de los venezolanos que dependían de un quince y un último, de los pequeños comercios que dependen de esta importante masa de la población y para gran parte de la economía formal que vieron en los últimos trimestres del año, como el consumo se caía estrepitosamente y sus inventarios e inversiones se quedaban en standby en sus almacenes y depósitos.
Lastimosamente para nuestro país, el tipo de cambio era insostenible, la falta de una economía diversificada y productiva, la caída de los precios del petróleo y los excesivos e injustificados gastos en los que ha incurrido el gobierno bolivariano en el transcurrir de estos años, trajeron como consecuencia esta nueva devaluación y aquí no se puede culpar, aunque no dudo que lo hagan, a la oposición golpista, ni a la Cuarta República, ni a los medios de comunicación mesiánicos. Pero… ¿Quién tiene la culpa? No dudo que más de uno le siga echando la culpa a la pobre vaca.
A esta desafortunada medida, se le sumó la sequía de los primeros meses del año, el razonamiento energético, el cierre de varias empresas, la expropiación de la cadena de Supermercados Éxito, la invasión de miles de fincas, la toma de varios inmuebles, el cierre técnico de RCTV Internacional, el hostigamiento a políticos y personas disidentes al régimen y la constante amenaza de cerrar Globovisión, el cierre a finales del año pasado de más de trecientas emisoras de Radio, incluyendo parte del circuito CNB, la inflación galopante, la especulación, el desabastecimiento, la especulación, el acaparamiento, la inseguridad jurídica, la inseguridad personal, la desinversión, entre otros problemas que vinieron ha aumentar el índice económico ó factor de riesgo país.
Problemas y más problemas que se tradujeron en el incremento de casi un 100 % del precio de la canasta o cesta básica del venezolano, de 3.200 – 3.500 Bs. a 5.000 – 6.000 Bs. en este primer trimestre del año, los economistas a través de los medios y los medios anunciaron el incremento en cuatro salarios mínimos, creo que son cifras muy conservadoras, vislumbrándose que para el segundo, tercero y cuarto trimestre del año habrá más incremento, por la tasa de inflación, la falta de producción, la excesiva fiscalización y regulación de los sectores productivos privados, aunado al encendido discurso político del oficialismo, que sigue deprimiendo la inversión foránea y local, y si a esto le sumamos… los efectos de la crisis mundial y porque no decirlo, el cambio climático y el calentamiento global, no se en que podrá parar esto.
Este duro golpe al bolsillo del venezolano, se entiende como un deterioro demoledor de los salarios reales, con el aumento de casi todos los productos de la canasta básica, el venezolano ahora deberá gastar más y traerá menos de lo que traía antes a casa, con la especulación y el desabastecimiento a la orden del día, se ve en la obligación de comprar productos a precios exorbitantes, ejemplos: el azúcar, la harina, la leche, el café, entre otros, que el consumidor se ve obligado a pagar con sobreprecios hasta de un 100 % de su valor nominal.
Esto obliga al común, ha abrirse a nuevos horizontes laborales en los que pueda ser mejor recompensado por sus servicios, otros se obligan ha emprender negocios informales o comercios, tarantines, taguaras o changarros con los cuales buscar ingresos adicionales para aumentar sus gastos y así mitigar el déficit en su presupuesto familiar y de cierta manera también, es triste decirlo, terminan culturalmente acaparando los productos y especulando a otros, como decía aquella vieja canción de salsa “quítate tu pa’ ponerme yo”.
Hay unos que entran en el negocio de los cosméticos por catalogo, otros que venden cosas por Internet o incursionan en el emprendimiento parasitario de las cooperativas del gobierno, buscando hacerse del tesoro de la isla y salir huyendo al mar. Y… otros que simplemente se van del país, emigran a los Estado Unidos de Norteamérica ó, a España u, a otros países europeos, Australia – Oceanía se perfila como una buena opción para muchos, donde buscan mejorar su calidad de vida y un mejor porvenir para los suyos.
Por eso es que tenemos fama de toderos, yo me niego de cierta manera hacer trabajos no profesionales, ni técnicos, pero ya estoy al borde del precipicio, así como yo, muchísima gente en este país busca cambiar sus status económico, conozco un Físico que ahora, además de ser Docente como yo, es taxista, todo por mejorar en la vida.
Lo justo sería, que esto no pasará en esta tierra de gracia. Lo justo sería ser bien remunerados, para no tener que trabajar en exceso, hay gente que tiene hasta tres empleos y ninguna vida, lo justo sería que nuestros gobernantes y opositores dejaran sus rencillas para la campaña electoral y se dedicarán a trabajar juntos por Venezuela, lo justo sería que nuestro presidente le bajara el tono a su discurso de guerra y odio, que tuvieran la grandeza de perdonar y continuar construyendo un país que le robaron su destino de grandeza hace ya más de 200 años. Creo que debería ver el Film Invictus, para que aprenda la lección de vida de Nelson Mandela.
Esta realidad deformada de la Venezuela de hoy, sólo podrá mejorarse con el trabajo productivo de cada uno de los venezolanos, gobiernos, empresas y trabajadores todos buscando un mismo norte, mejorar nuestra producción interna, abastecer nuestros mercados y conquistar otros, para revertir los números de las importaciones por los de las exportaciones, es decir que exportemos más de lo que importamos.
Dejar el chanchullo que en este país ya esta institucionalizado, acabar con la corrupción verdaderamente, y el exceso de burocracia, repatriar esos recursos que hoy aún están en el exterior, explotar el turismo, reactivar la industria, colocar en los cargos públicos a los más capaces y moralmente solventes, aprender ha elegir… Dios… es tanto lo que podríamos hacer para mejorar, sólo nos falta voluntad y voluntad política sobre todo, como dice Al Gore “En este país la política es un recurso renovable”.
Sólo espero que esta situación no se siga agravando amigos lectores, porque las personas que ya están en pobreza crítica irremediablemente no les quedara más que militar en la delincuencia, vivir en la indigencia o simplemente morir en el intento de seguir soñando en este país de enormes riquezas… no quiero ni pensar en lo que nos espera si nuestros gobiernos no hacen algo pronto por mejorar esta situación que nos esta afectando cada día más y más…
Y que por este año no haya más golpes al bolsillo de los venezolanos.
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